viernes, 25 de diciembre de 2009

en Ksa

Domingo 27

A partir de los 19 hs,

Cóctel Molotov invita

a la presentación de 4 libros 4,

todos bonitos, nuevos o reeditados:



¡Calláte!, de Dafne Mociulsky

Gato Bombay, de Leonardo Occhipinti

Máscara y Vacío, de Anahí Ferreira

y Ceci no es una pipa, de Ale Raymond



teatralizaciones, brindis, poesía

música y baile

con la presencia de

Matías Reck, Pablo Strucchi,

Luvi Torres, La Nuez Moscada,

Los locales Karl Hutt y Sasa Guadalupe,

el Dúo Alpargata y los autores.



En la amable Ksa, Belaustegui 2821,

Paternal (a 2 cuadras de Nazca y Juan B Justo).

Gratis (para que compres libros, che)

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Presentaciòn en vivo de Coctel Molotov

Este Domingo 20 de Diciembre
Ultima actuación de la pandilla de escritores ambulantes Cóctel Molotov del año
Presentando la novela Calláte de Dafne Mociulsky

Y además presentación de la novela de Anahí Ferreyra Máscara y Vacío, biografía ficcional de Syd Barrett, el emblemático primer lider Pink Floyd.
Con la presencia de las editoriales )el asunto( y Milena Cacerola encargados junto a El Desenladrillador de la realización del libro
Del que estarán leyendo algunos fragmentos sus performers Pablo Strucchi y Matías Reck.

Y además tocan Automedicados y Jesús y Cleopatra

Y además muestra de arte visual.

Y además barra económica, (ha comida vegetariana para los que no consumen carne) y a los que lleguen temprano les convidaremos un vasito de vino.

Todo ésto por la módica suma de tus ganas y tu voluntad (no se cobrará entrada, pero si querés podés comprar un libro o colaborar con el lugar)

La cita es a las 20 hs (puntual) en el club GBA, Lamadrid 2388, esq Paraná 5100, a diez cuadras de Panamericana, Villa Adelina
Te llevan el 71, 304, y más pero no sé cuales...

Ya salió el primero de la colección

Podés conseguirlo enviando un mail a pandilla.molotov@gmail.com, y próximamente también en librerías amigas

Y el barrio y la sangre sobrevivieron

Millones de voces transitan diariamente el aire que respiramos. Millones de voces se cuelan por nuestros oídos e interfieren nuestros pensamientos. En eras de la comunicación este es uno de los ejes temáticos de Calláte, quinta novela de Dafne Mociulsky, poeta y narradora del bonaerense barrio de Palomar, que la ve transitar diariamente sus calles, plazas y líneas de colectivo, donde intercambia sus palabras transidas de poesía por otro tipo de energías, sustento para su vida. Económico pero también poético, porque es en este diario trajinar, en este diario hablar con tanta gente escuchar tantas historias de donde surgen los libros de Dafne Mociulsky (cuatro novelas, una nouvelle y muchos cuentos y poesías editados por diferentes editoriales independientes (El Asunto, En el Aura del Sauce) y la suya propia, la artesanal Duniashka). Es sobre ellas y para ellas que Dafne escribe, las personas que viajan todos los días en colectivo, no para los catedráticos, ni los que sólo comprarían un libro si tiene portada full color de tapa dura y se exhibe en un escaparate de la librería Jeny con un bonito cartel que dice $60 y una reseña firmada por un best seller. Dafne es uno de esos raros casos de escritora que se ha hecho realmente desde abajo (como lo fue Roberto Arlt, como lo está siendo Guillermo de Posfay) y que está trascendiendo la barrera por su propia fuerza.
Calláte cuenta la historia de la “mujer”, simple, común, lo suficientemente simple y común como para no merecer nombre, que todos los días se entretiene en el viaje en colectivo de su casa al trabajo escuchando las miles de conversaciones (la mitad de ellas a través de celulares) que allí se suceden y anotando aquellas frases en las que le parece encontrar algún resabio poético, en un interminable e innovador trabajo literario que es en parte la prosa de este libro. Y con la mujer cuenta la historia de su familia, mujer anónima y familia tipo… parece, al principio.
Pero nada es tipo ya, nada es común, nada es tan simple, si se tiene una mirada lo suficientemente profunda. Quizás nunca lo fue. Dafne aborda la vida de estos personajes terrenales, con trabajos mediocres y aspiraciones sencillas o vulgares, para mostrar la complejidad de sus (en muchos casos dobles) vidas, el marido y sus múltiples amantes, el hijo y su hemofilia que le cierra puertas, y su bisexualidad que a veces también (aunque le abre otras) la hija policía con su uniforme que le impide ser enteramente mujer. La mujer sin nombre (en un ochenta por ciento del libro) que es también una artista anónima, una recolectora de poesía, una poeta de la intertextualidad. Calláte es un viaje al interior de estos personajes por los que la narración va entrando y saliendo, para entrar y salir en otros, la familia pero también las amigas de la mujer, los amigos de Nachito (el hijo), el dealer del barrio, recorriéndolos en sus pasatiempos secretos, desnudándolos en sus detalles más patéticos pero también en sus actos más heroicos y tiernos. Todo contado desde un lugar sumamente humorístico, transido de anécdotas que develan, en tiempos de tanta comunicación tecnológica y virtual, la imposibilidad de la comunicación real —una pareja de adolescentes lesbianas que se enamoran, se emparejan y se separan por chat (una de ellas vive en Mar del Plata) “se enganchó con una flaca que vive a la vuelta de su casa, yo no puedo competir con eso” se queja Evelyn— o generan otras, pasajeras, livianas —un adivino que publica mal su número de celular, proporcionándole a Alber un divertido entretenimiento en sus días de reposo médico, y la posibilidad de conseguir una nueva amante—.
Cuatro personajes tan disímiles como los de esta familia (basta verlos a cada uno en relación a otro de los temas fundamentales del libro, la sexualidad, que el libro explora en sus más diversas variantes, de la libertad absoluta de Nachito a la casi castidad de Lorena que no sabe ni masturbarse) pero que extrañamente conviven y se llevan bien. Personajes vulgares pero que mantienen viva una llama dentro suyo, que disfrutan de sus vidas, que eligen, desde el personaje más libre, Nachito, de diecisiete años que “contra todo pronóstico —padece de hemofilia— es feliz”, pasando por la pareja central que no duda en pedirle a sus hijos que se queden a dormir en otro lado para poder disfrutar toda una noche el departamento ellos sólos, hasta el personaje menos libre, Lorena, que tampoco duda demasiado en dejar libre a un carterista que la termina seduciendo, personajes que se revelan contra lo que la sociedad parece querer imponerles, como todas esas voces dispersas en el colectivo que al principio la mujer recoge con deleite y que ya al final terminan transformándose en un estorbo, que no deja que los pensamientos de la mujer fluyan libremente, perturbando sus emociones y dando título a esta novela, porque es entonces cuando la mujer se revela y se revela de ella lo que permanecía oculto y se revela así pues también la autora de esta historia,—que abruptamente interrumpe la narración en tercera persona omnisciente del relato, para dar por ejemplo… una opinión—. Y así en el mismo acto de mostrarse Dafne decide mostrarla a ella, la protagonista de este magnífico libro, brindarle un nombre, darle propiedad, en su plenitud de mujer, de ser humano, que toma decisiones y se juega por su familia.
Y así es que finalmente no logra la complejidad comunicacional de estos tiempos modernos, imponerse a la fuerte unión de la sangre y el barrio, y a esta escritora visceral que desde la pandilla de escritores ambulantes Coctel Molotov queremos recomendar, y Calláte.

martes, 23 de junio de 2009

Próximamente...


Dice esta novela que en este mismo instante hay un monton de sonidos haciendo cola para filtrarse por tu oreja y alojarse autoritariamente en tu cerebro. ¿Vivís en una ciudad? ¿Conocés una ciudad con colectivos, celulares, gente y bocinas? Entonces, sabés de que estamos hablando, de los recovecos de la vida. La libertad, los sueños y los secretos inocentes que cada uno tiene para ir tirando forman parte de este libro, porque Dafne sabe escribir y darle vida a personas que existen y vos te las cruzás en el supermercado. Leer es espiar mundos ajenos para descubrirse a uno mismo. En estas hojas está la mujer, Alber, Lore, Nachito y otros más; personas esperando que les entres como la cabeza del domador en la boca del león. No sabemos si muerde.

Pandilla de escritores ambulantes


Cóctel Molotov

Pandilla de escritores ambulantes Aunque la frase es más clara que el agua, para vos, lector atolondrado que te sumergís en este blog luego de todo un día de abrumador trabajo con la cabeza hecha un lío, vamos a explicarlo: pandilla es una asociación de personas con fines no necesariamente malvados pero sí ilícitos; “de” es una conjunción o preposición que indica la pertenencia de una cosa (la palabra que sigue a la conjunción) a otra cosa (la palabra que antecede a la conjunción); escritores son aquellas personas que dedican o han dedicado bastante tiempo de sus vidas a escribir; ambulantes es el adjetivo que se les pone a ciertos vendedores que no tienen puesto fijo; Cóctel (el encomillado indica que este es el nombre de dicha pandilla) es una aglomeración de sustancias que puede producir algún tipo de efecto psicotrópico en quien las ingiere y también la cura de ciertas enfermedades; Molotov es el nombre de unas bombas incendiarias de fabricación casera. Creemos que la literatura debe ser como pequeñas bombas disparadas a la mente de los lectores.En resumen, somos un grupo de escritores sin dinero descreídos del sistema todo y en particular del editorial, no pensamos que para ser merecedores de tener un libro editado debamos competir en un concurso literario ni engrosar los bolsillos de un señor capitalista. Antes que tirar botellas al mar y gastar nuestras pocas monedas en imprimir papeles que luego serán quemados al finalizar el concurso, en el que sabemos no siempre gana el mejor, porque no hay mejor ni peor, sino gustos e intereses y sabemos somos muy poco del gusto de ciertos señores, nos pusimos a trabajar de forma artesanal y muchas veces absurda, y así nos conocimos. Participando de la FLIa (Feria del Libro Independiente y alternativa, autogestiva, amiga, atc), donde descubrimos nuestras capacidades para el laburo en grupo y las delicias de nuestras artes literarias, con estilos y temáticas diferentes pero relacionadas. Creemos por lo tanto que la unión será nuestra fuerza, y que como dijo Roberto Arlt, “el futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”.